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miércoles, 29 de mayo de 2019

Fortificada Toledo



Tempranas horas y el sol ya calentaba en la plaza de La Constitución de El Álamo. En pocos minutos se sale para la ruta programada de ese día.


 Que nos movemos por toda la comarca, es un hecho.

Este día, unos pocos nos presentamos en Chozas de Canales para iniciar desde allí nuestro viaje a Toledo. Imperiales como la ciudad y con muchas ganas de dar pedales hicimos la instantánea de base y a continuación nos dejamos “caer” por ese camino polvoriento y pedregoso al monumental destino.

 El otro nutrido grupo con energía a rebosar, partió desde El Álamo, garantizándose el centenar de kilómetros en el bonito recorrido.
 Contaron que, se mantuvo un “infernal” ritmo de marcha desde la salida, tal fue así que, rápidamente nos alcanzaron a quienes poco apoco trazábamos nuestra excursión didáctica.
 El encuentro fue fugaz y se mantuvo un breve pero intenso comentar, de cómo se estaba desarrollando la jornada.
 ¡Puf!… ¡Y se fueron!... Nos vemos en Toledo.


    A nuestro ritmo fuimos viendo lo bonito que está el campo y las cosas que albergaban los caminos.
 Una mala pasada debió tener el auto que en semejante pose yacía y así quedó postrado para dar cobijo a los animalillos del entorno.



Simultáneamente los fugaces compañeros de ruta seguían trazando recorrido por los lugares que nos encontraremos más adelante y sin descanso, acortaban distancia para el final de un primer destino.


  La experiencia con el manejo de cámaras digitales ofreció momentos para el recuerdo y con soltura se plasmaron instantáneas por tan pintorescos lugares.




No solo ciclamos por los polvorientos caminos, la cercanía en todo momento del Río Guadarrama, presagiaba que en algún momento su cauce nos ofrecería ese refresco de sus aguas como recompensa. Este año el caudal era aceptable y con decisión lo cruzamos sin "incidentes"  



 Ya teníamos ganas de llegar y allí a lo lejos distinguíamos la fortificada Toledo.
 Javier no lo veía aún muy claro y la parada en lo alto del cerro de los depósitos, dejó que la imaginación, te presentase en primer plano la Imperial ciudad.


  Circunstancias de la velocidad y/o despiste en la llegada a la querida ciudad, deshizo la posibilidad de entrar todos juntos en bloque para lucirnos por las calles Toledanas y coronar en la histórica plaza de Zocodover.

 Una espera y ya todos reunidos, con las bicicletas acorralando una farola, fuimos la atracción de los queridos turistas asiáticos, que plasmaron en sus cámaras con mucho interés, nuestra presencia en tan concurrido lugar.


  Y no pudo faltar de ninguna de las maneras la foto grupal, (realizada por un turista Chino) que salió perfecta.


Completada la jornada por tierras bañadas por el Río Tajo, el regreso se realizó cercano a su afluente el Río Guadarrama.
 Un falso y efecto visual para concluir en el pueblo de Chozas de Canales, desalentaba esa vuelta al final, pues siempre al coronar los cerros veíamos el pueblo, dando la sensación de cercanía, pero era todo lo contrario, hubo que subir y bajar muchos cerros antes de llegar a nuestro destino.

Fue una ruta Reina del Club Ciclista El Álamo.

martes, 21 de mayo de 2019

Repartidos por toda la Comarca.

 Se repartieron las rutas a granel y de forma muy variable, quedaron los cuatro puntos cardinales desde El Álamo, cubiertos en amplia extensión, rondando los 450 Km.
 La ruta de carretera partió hasta las Antenas de La Nasa donde la  foto típica en su entrada no podía faltar.


Pasando de los 100 Km, Fernando y Juancar, rodaron por cunetas de nuestra Región hasta Colmenar del Arroyo, esa zona donde la carretera "pica" hacia arriba y lo único que se puede hacer es subir y subir hasta el destino programado.

 Un esfuerzo más y hasta Navalagamella, sería ese día, la cota más alta que se suba. Luego como siempre se dice, el resto "es de bajada" hasta casa.
 Este recorrido es por excelencia, de los típicos para soltar piernas en las matinales de los Domingos.


 Ángel, por otro lado, rodó en otro círculo más estrecho, también por la zona pero, no llegó a la centena kilométrica, se quedó por poco, en los 95 Km.
 El esfuerzo en ese anillo recorrido, tuvo casi más picos de subida que los realizados en la anterior ruta.

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Me consta que un grupo, (vestido de incógnito, y en otra ruta nueva), rodó por otras cunetas ampliando la cuenta kilométrica a sus piernas disfrutando también de la jornada. (sin + datos)


 ¡Que gran compañera y compañeros de viaje para estas prácticas deportivas tenemos en el Club Ciclista El Álamo!.
 La ruta A, es una de las más descargadas de wikiloc, y ese día, en condiciones optimas para ciclarla, los de la instantánea de arriba, rompieron todos los registros establecidos hasta la fecha en ese recorrido. Pues sus ganas y buena forma para la práctica del ciclismo de montaña, hicieron de este itinerario un paseo de niños por el parque.


Y resumiendo sucintamente la otra ruta B, con otra magnífica compañera y compañeros de viaje, terminamos esta jornada tan repartida por la comarca.
 Parte de nuestro recorrido, fue fusionado con la ruta C que contribuyó al acumulado de kilómetros.


  Puedo dar fe de los tramos "rompepiernas" que encontramos en nuestro recorrido y la moldeada y buena forma que vamos adquiriendo poco a poco.


Todo esto pasó un Domingo cualquiera en otra de nuestras jornadas oficiales, compartiendo entre amigos y compañeros las rutas de, El Club Ciclista El Álamo.


lunes, 20 de mayo de 2019

El grito de Ana


 Cuando el recorrido estaba casi finalizado y todo el esfuerzo de ese día ya llegaba a su fin, en un tramo tranquilo sin irregularidades ni repechos y donde el sol había reservado una estancia de reposo, algo nos alertó y sorprendió de manera inesperada en aquella calma relativa.

 Un grito de “susto y terror” alteró la armonía de la marcha de cuantos participábamos aquella jornada.

 Fue Ana, alertándonos un “peligro” en el borde del camino. 
 Una amable culebra de grandes dimensiones que sesteaba bajo el Astro Rey, a la que alteramos su descanso, lanzó un ataque defensivo sobre quien en ese momento pasaba junto a ella, la asustada criatura, por un momento creció en altura, alargando su cilíndrico cuerpo en vertical, presentando sus “fauces” a la altura de la rodilla, obligándonos a cambiar el rumbo rápidamente pasando con mimo y cuidando de no dañar al asustado reptil, solidarizándonos con su miedo. 
 Nadie salió herido y todo quedó en anécdota para relato.

 Anteriormente, también hubo un recuerdo de jornadas pasadas de aquel siniestro perro con pelajes desavenidos, [ese que nos apareció de entre las retamas aquél día.
 Volvimos a ciclar por el paraje donde rondaba esa mole de animal y…

 …Un distante ladrido de tono grave, pero con el volumen suficiente para alertarnos de su presencia, cambió el giro de nuestras cabezas hacia tal estruendo lejano y allí, se distinguía esa nube de pelo acercándose a gran velocidad a nuestro encuentro. Tal situación “terrorífica” obligó a acelerar la marcha en un terreno desfavorable para la carrera, pero, la adrenalina generada por tal emoción, ayudó sacando fuerzas en la huida, hasta perder de vista nuevamente a la “bestia”.


 El numeroso grupo presentado en la plaza aquél Domingo, se fusionó de alguna manera, con los amigos de El Último Repecho uniéndose con nosotros para acompañarnos y hacer la ruta conjuntamente. Con su experiencia y conocimiento de los caminos, aprendimos nuevos atajos y senderos que aplicaremos en el futuro para ampliar nuestras rutas en El Club Ciclista El Álamo.


Esta ruta conjunta nos llevó hasta los merenderos del Río Alberche, situado en el término Municipal de Aldea del Fresno. Nuestro guía nos llevó por empinados cerros y bajando a gran velocidad por caminos que el agua ha tallado en sus laderas, haciendo rápidas e interesantes esas bajadas técnicas en muchos tramos.

Una parada para reagruparnos y de vuelta para El Álamo.
Las buenas condiciones del terreno hicieron que el grupo rodara a gran velocidad, sin fatigas que lo impidiesen para alcanzar en las bajadas, velocidades propias de expertos profesionales en dominar las técnicas de la trialera.
 Aquí, en el tramo más sinuoso y cubierto de enormes cascotes y piedras sueltas, se produjo un pequeño contratiempo afectando a Juanma, su rueda trasera, impactó en uno de esos obstáculos seccionando en varios trozos tal objeto. Siguió descendiendo muy rápido, pero, a pocos metros, su rueda sufrió las consecuencias del impacto y perdió la presión y adherencia al terreno, poniendo el pie a tierra.


 Rápida también fue la reparación y sin perder más tiempo nos unimos al grupo que paciente esperaba comentando las incidencias y el estupendo día que nos hizo esa mañana de Mayo.


 Llegando a nuestro destino, otra incidencia obligó a parar, en este caso, una "traicionera rodera" en el camino, hizo que la bicicleta de Alejandro T. desconocedora del terreno (por nueva), no supiese resolver el bache que encontró y ambos, se dieron un revolcón con daños y raspones en rodilla y codo.

  Todos llegamos a destino esperando volver a compartir otra ruta en unos pocos días.
 Un saludo para todos los participantes. JJ.

lunes, 6 de mayo de 2019

Sin crónica.


 Hoy no he tenido tiempo para deleitarme del campo y sus alrededores.
 Hoy no me ha dado tiempo fijarme en la naturaleza que me rodeaba.
 Hoy el paso por poblaciones ha sido tan fugaz, que no he distinguido donde estaba.
 Hoy solamente he clavado la vista en el camino para ubicarme dentro de el y no perder la trayectoria ni la marcha de esta ruta prefijada en el calendario.

 Ha sido de "locos".

 La vertiginosa y endiablada velocidad, de ese día tubo como premio de consolación, unas lejanas instantáneas para de alguna manera, plasmar y recordar por donde estuvimos ciclando.


 En ambos lados del camino, verdeaban amplias campiñas plantadas de trigo y cebada, dando ese color uniforme tan agradable para la vista.
 Poco tiempo ha dado para apreciar esa belleza.
 Alguien en el grupo ha preguntado  "¿había que pasar con hora por los pueblos?"

 Desde el minuto uno, fue una lucha por demostrar quien se desplazaba más rápido y entre unos y otros se hizo la fila india similar a un tren de alta velocidad, avanzando sin control.
 ¡Tal velocidad!, pensé, posiblemente el viento suave de espalda, está facilitando el desplazamiento, pero, yo no notaba esa ayuda y cada vez los veía más lejos.


  Alguien, a modo de enfado y reproche, en un lance de orgullo, lanzó un violento ataque a ese desenfrenado grupo haciendo de "liebre" y comprobar hasta que punto, serían capaces de olvidar al resto del equipo que quedó "abandonado" a unos minutos de distancia.

  Solo la "buena" fortuna de un  pinchazo, frenó para bien tal descabellada acción.
 "Bienvenida" la avería para reagruparse y poner una queja amable a tales acontecimientos, creo que algo funcionó y el resto de etapa, transcurrió con la normalidad deseada.

  Así de torcido, se quedó el casco protector en la lucha por seguir aquella desatada estela...


  Sin rencor ni enfado, en el descanso y avituallamiento, capturé a esas "almas descarriadas" en la estampida comprobando que no hubo mala intención y quizá lo ocurrido fue un acto para "recordarme" una renovación del artefacto de las dos ruedas.





                                                                          Se quedó grabada esta ruta:



  Hoy, sin crónica.