Aprovechando las últimas horas de luz del día, y dado que el sol calienta pero no quema, hago un recorrido
por estos caminos pecuarios, rodeado de viñedos amarillentados por el otoño y cuyos campos, ya tornan su color verde para las próxima cosecha de este verano.
La ruta paseo ha sido de lo más tranquila y relajante.
La molestia... Un pelin, pero, a este ritmo, casi ni se nota.
Los caminos están ideales para la práctica del ciclismo de montaña.
Al final 33 Km, de lo más gratificante.
Mañana más.
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