Un madrugón Dominguero y ¡ale! a la calle. A esas horas tempranas dos personas y yo compartíamos la vía publica, y un poco más allá en el parking, estaban esperando esos "locos" de las bicicletas, el grupo A y B, con los coches cargados de ellas y preparados pera ir de excursión hasta Aldea del Fresno.
La ruta transcurriría por esos parajes de asombrosa Naturaleza.
Día de intensas y empinadas subidas, que se han saboreado y disfrutado por todo lo alto.
La ropa de invierno no nos ha estorbado, pues a pesar de lucir el sol, este no calentaba lo suficiente, por que unas nubes finas y muy expandidas, cubrían amplias zonas del recorrido dando sensación de más fresco, obligando a protestar de vez en cuando por esa bajada de grados.
El magnífico recorrido diseñado por estos intrépidos biker, nos ha adentrado por las rutas de los embalses de Picadas y San Juan, cuyas aguas acumuladas del Río Alberche, son un deleite y recarga de energías, solo con verlo.
Los primeros 16 Km, han sido de paseo y recarga de oxígeno para lo que nos esperaba después.
Tras el reconocimiento del embalse de Las Picadas y llegar casi a Pelayos de la Presa, regresamos un par de Km. hacia atrás, adentrándonos por las empinadas laderas boscosas de pino y encinas con dirección a Chapinería. Terreno difícil y técnico debido al altísimo contenido de la crecida maleza que invadía por completo el estrecho sendero habilitado para el paso. También la gran cantidad de piedra suelta de agudas aristas, dificultaba el permanente equilibrio sobre la bicicleta.
Las averías por pellizcos, no tardaron en llegar y más de dos integrantes de esta expedición, sufrieron las consecuencias de los pinchazos y perdidas de presión de sus ruedas.
Sobre la marcha se han solucionado de la mejor manera, los pequeños contratiempos ocasionados, dando lugar por estas averías, a revisar y poner al día los repuestos que se portan en las bolsas de los sillines. Pues algún repuesto parecía material de desecho no apto para su utilización, unas risas han amenizado esta parada al ver el estado de la cámara que llevaba guardada José F. cada pliegue del empaquetado, estaba carcomido y agujereado por el roce en el interior del pequeño maletín. Habrá que pasarse por AHS Bikes y renovar por completo los utillajes.
Estas paradas nos han servido para la recuperación del aliento y afrontar las siguientes e interminables rampas con un poco más de energía.
Pero sin duda, la mejor parada ha sido la del descanso para avituallarnos y reponer fuerzas sólidas y líquidas tras los duros esfuerzos de esta bonita jornada.
Como muestra del feliz acontecimiento, esta estampa de JC. Miguel, disfrutando de su nutritivo manjar hasta el éxtasis en una de las praderitas del camino.
Otro ratito de serpenteantes subidas para que el calor acumulado no se pierda y dar cuenta del avituallamiento, nos ha tenido entretenidos hasta llegar a la máxima cota de altura, unos 713m. para disfrutar por fin, de una laaarga bajada hasta Aldea del Fresno.
Es en este lugar donde las penas, sacrificios y demás sudores se han disipado, al abrigo de un refrigerio en una soleada terracita, habilitada y confortada para nosotros.
Se ha echado de menos a muchos compañeros pero, los caminos están ahí y se repetirán. Tengo que decir que la dureza del terreno apenas se nota cuando se va rodeado de buenas y magníficas personas. Mi abrazo.
Las fotos#
La ruta
El vídeo
Buena ruta por lo que veo, preciosos sitios los recorridos. Las averias es una cosa con las que hay que contar.
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir asi.
Como dice Juan, bonitos parajes, los visite con El Chatanga hace algun tiempo y eran dignos de admirar, y las subidas tambien pues habia alguna con mala uva, lo de repostar los utillajes, dile a tus colegas que todo el mundo tiene que ganar dinero, hasta los de las tiendas de repuesto de bicis, que tambien tienen que comer, mi felicitacion por la ruta, un abrazo.
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